“La oración persistente es un poderoso movimiento del alma hacia Dios. Es un remover de las fuerzas más profundas del alma hacia el trono de la gracia celestial. Es la habilidad de aguantar, empujar, y esperar. Deseo sin descanso, paciencia en descanso, y fuerza para aguantar está todos ligadas en ello. No es un incidente ni una actuación, sino una pasión del alma. No es algo necesitado a medias, sino una viva necesidad.”
Esta carta esta específicamente dedicada a aquellos de ustedes que han estado orando durante mucho tiempo por una petición especifica y aún no habéis visto respuesta. Quizás muchos de nosotros estamos así, porque la persistencia es una importante cualidad necesaria para la intercesión. Requiere fe el orar durante años por algo y permanecer esperando la respuesta. Quiero animaros a que no os rindáis. Dios sigue oyendo vuestras oraciones. Os esta trayendo a un nivel más profundo de intercesión que no se consigue a través de energía de la carne sino por el Espíritu de Dios.
Cosecharas tu cosecha si no te rindes.
“La calidad de lucha en la oración persistente no brota de la violencia física ni de energías de la carne. No es un impulso de energía ni un mero deseo del alma. Es una fuerza interior o habilidad plantada y desarrollada por el Espíritu Santo. Es la intercesión del Espíritu de Dios en nosotros.”
Quiero compartir con vosotros un ejemplo reciente de mi propia vida. Mi madre ha estado orando por la salvación de mi padre durante más de treinta años. Muchos de nosotros nos hemos unido a ella en esta petición. Después de treinta años de oración, ella no veía ni una indicación del más mínimo interés espiritual en la vida de mi padre. Él estaba muy enfermo a la edad de 80 años y podía morir con facilidad debido a su enfermedad del corazón. Persistimos en oración por su salud física y espiritual.
Recientemente, estando hospitalizado, él tomó la iniciativa y nos llamó para que fuéramos al hospital por la noche para verle. Mi madre lo trajo al Señor. Esta fue una enorme contestación a la oración.
Si Dios puede salvar a mi propio padre después de treinta años de oración, sé que puede hacer lo que sea. No existe ninguna situación que sea demasiado difícil para Dios. Él quiere que cada uno de nosotros persista en oración incluso cuando la respuesta parezca imposible. ¡No te rindas!
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7-8).
La Vida de Oración Persistente de Pablo
“Sin la persistencia, las oraciones pueden terminar sin ser contestadas. La importunidad esta hecha de la habilidad de aguantar, continuar, y esperar en un sujetar relajado y no relajado, deseo sin descanso, y paciencia en descanso. La oración que importuna no es un hecho incidental, sino lo más importante; no es una actuación, sino una pasión; no una opción, sino una necesidad.”
El apóstol Pablo es nuestro gran ejemplo en la oración persistente. Me maravillo en su perseverancia en oración por las iglesias. Él nunca se rindió, sino que creyó en el poder de la oración persistente. Nosotros también necesitamos perseverar hasta que llegue la respuesta. Mira su ejemplo. Oraba de forma continua, con deseo y sin cesar, noche y día por las iglesias. Pablo no se rindió.
- “Constantes en la oración” (Romanos 12:12).
- “Orando de noche y de día con gran insistencia”
(1 Tesalonicenses 3:10). - “Dios me es testigo de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones” (Romanos 1:9).
- “Siempre que oramos por vosotros” (Colosenses 1:3).
- “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros” (Filipenses 1:3-4).
- “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros” (Colosenses 1:9).
- “Por esta razón también oramos siempre por vosotros”
(2 Tesalonicenses 1:11). - “No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones” (Efesios 1:16).
- “Doy gracias a Dios… de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día” (2 Timoteo 1:3).
Te animo a no rendirte en la oración. Quizás aún no hayas visto la contestación a tu oración por la salvación de los miembros de tu familia, la liberación de tu ministerio o algo por lo cual tú estas orando en tu iglesia. Puede que hayas estado orando durante un número de años, sentías que Dios te había guiado en esas oraciones, y ahora viene la tentación de rendirte. Te animo a que sigas en oración, y a que no desmayes. Sé fuerte en esperanza y en fe. Dios tiene un resultado glorioso si continuas. Lee acerca de la parábola que Jesús relató en Lucas 18:1-8 con respecto a la persistencia en la oració:
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar…”
“Ora y nunca desmayes es la norma que Cristo nos da acerca de la oración. Es la prueba de nuestra fe, cuanto más severa la prueba y mayor la espera, más gloriosos serán los resultados. Los beneficios y necesidades de importunar están enseñados en las vidas de los santos del Antiguo Testamento. Los hombres de oración han de ser fuertes en esperanza, fe y oración. Deben saber como esperar y empujar, esperar en Dios y ser apasionados en sus acercamientos a Él.” Citas por E. M. Bounds
By Debbie Przybylski
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